La industria farmacéutica y de tecnología médica ha evolucionado de forma notable en los últimos años, transformando no solo los productos y terapias que ofrece, sino también los perfiles profesionales que demanda. En este nuevo escenario, uno de los roles más estratégicos y cotizados es el del medical advisor. Un perfil que une ciencia, estrategia y comunicación, y que se ha convertido en un pilar para garantizar el rigor científico en las decisiones empresariales.
Pero ¿qué hace un medical advisor? ¿Qué oportunidades laborales ofrece este puesto? ¿Y cómo puede una formación especializada marcar la diferencia en el acceso y desarrollo de esta carrera? Lo vemos en este artículo.
Un "medical advisor" o asesor médico es un profesional de la salud con experiencia clínica significativa que brinda asesoramiento y apoyo en diversos contextos, principalmente en la industria farmacéutica, biotecnológica y de dispositivos médicos. Actúa como enlace entre la evidencia clínica, los profesionales de la salud y los objetivos estratégicos de una empresa, principalmente dentro del sector farmacéutico, biotecnológico o de dispositivos médicos.
Su función no es puramente clínica ni académica, aunque se alimenta de ambas. Su verdadero valor radica en su capacidad para interpretar la información científica y convertirla en conocimiento útil para los distintos departamentos de una compañía: desde marketing hasta investigación, pasando por el área comercial, el departamento legal o el equipo de relaciones institucionales.
Es por ello que, los medical advisors suelen tener formación universitaria en Medicina, Farmacia, Biotecnología o Biología. Sin embargo, para tener éxito en este campo no basta solo con una titulación, sino que se requiere una serie de habilidades que no siempre se adquieren en la universidad. Como veremos más adelante, es fundamental tener una formación más específica que en CESIF la podrás encontrar.
Las funciones de un medical advisor son amplias y están interconectadas con los diferentes procesos internos de la industria de la salud. Algunas de las funciones más destacadas de un medical advisor son las siguientes:
El asesor médico proporciona soporte científico a múltiples departamentos, asegurando que todas las decisiones que involucran productos sanitarios se basen en evidencia sólida. Además, participa en la revisión y validación de materiales promocionales, responde a consultas médicas complejas y asesora al equipo de ventas y marketing en aspectos técnicos.
En las fases de desarrollo o post-comercialización de un producto, el medical advisor se involucra en el diseño, seguimiento y análisis de ensayos clínicos. También puede colaborar con departamentos regulatorios en la preparación de documentación científica para organismos como la EMA y la FDA.
El medical advisor establece relaciones con líderes de opinión. A través del contacto con estos profesionales, este profesional capta necesidades clínicas reales, recoge insights sobre la práctica médica y promueve proyectos colaborativos como publicaciones o estudios.
Este perfil profesional actúa como formador interno y externo, elaborando materiales científicos, participando en congresos, redactando artículos y generando contenidos de alto nivel.
Aunque trabaja junto al equipo comercial, su rol no es vender, sino garantizar que la información que se transmite sea ética, precisa y acorde a la regulación. De hecho, su independencia respecto a objetivos de ventas le permite actuar como un garante de la integridad científica.
La demanda de medical advisors ha crecido de forma exponencial en la última década, impulsada por el auge de la medicina personalizada, la innovación en terapias biológicas y la necesidad de una comunicación científica rigurosa entre industria y profesionales sanitarios.
Los medical advisors trabajan principalmente en compañías farmacéuticas multinacionales, empresas de biotecnología, startups del sector salud y consultoras especializadas en asuntos médicos y regulatorios.
El sueldo de un medical advisor varía dependiendo del país, la experiencia previa, el tipo de empresa y la especialidad terapéutica. En este sentido, un perfil de entrada suele percibir entre 35.000 y 50.000 euros brutos anuales, mientras que un profesional con experiencia media puede alcanzar entre 50.000 y 70.000 euros. Los perfiles sénior o aquellos que asumen funciones de coordinación, como los medical managers, pueden superar los 80.000 euros e incluso llegar a cifras cercanas a los 100.000 euros anuales.
La figura del medical advisor no solo es estratégica dentro de la industria farmacéutica, sino que también representa una puerta de entrada a una trayectoria profesional con múltiples salidas y alta proyección a medio y largo plazo. Por eso, los perfiles con experiencia en medical affairs están cada vez más cotizados y tienen acceso a posiciones de creciente responsabilidad.
Un profesional que comienza como medical advisor puede avanzar rápidamente dentro del organigrama médico de una compañía, asumiendo funciones más estratégicas y de liderazgo. Algunas de las posiciones hacia las que puede evolucionar pueden ser senior medical advisor, medical manager, medical affairs director, MSL manager, clinical development manager o regulatory affairs.
Además, la experiencia en medical advisor permite dar el salto hacia puestos transversales o híbridos, como estrategia de producto, relaciones institucionales, dirección médica en ONGs o entidades públicas, o incluso consultoría especializada.
Acceder y prosperar en el mundo de los medical advisor requiere mucho más que una formación científica de base. Aunque contar con un título universitario en Medicina, Farmacia, Biotecnología o similares es el primer paso, la verdadera diferencia la marca una formación especializada que prepare al profesional para los desafíos reales de la industria farmacéutica y biotecnológica. De esta forma, cada vez son más las compañías que valoran perfiles que hayan completado programas formativos específicos orientados a este entorno.
Entre las opciones formativas más reconocidas destaca el Máster en Medical Affairs y MSL de CESIF. Este programa está diseñado para preparar a profesionales que aspiran a desarrollarse en funciones médicas dentro de la industria, como medical advisor, medical science liaison (MSL), o medical manager. Entre los temas que abordan destacan la visión general de la industria farmacéutica, ensayos clínicos y evidencia científica o medical affairs, entre otros.
Invertir en un máster como el de CESIF no solo facilita el acceso a un primer empleo en el área médica, sino que acelera la progresión profesional. Muchas empresas buscan candidatos que “ya hablen el idioma” de la industria, que comprendan el equilibrio entre ciencia, negocio y ética, y que estén preparados para asumir responsabilidades desde el primer día. Y es ahí donde una formación como la de CESIF marca una diferencia real.
