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La industria alimentaria se vuelca en el reto de la información a los consumidores
27-11-2019

La industria alimentaria se vuelca en el reto de la información a los consumidores

El sector alimentario aborda desde todos sus frentes y agentes implicados la gran demanda del consumidor: información fiable y sencilla sobre los alimentos.

Uno de los acontecimientos más llamativos en la industria alimentaria de los últimos años es la creciente preocupación del consumidor por el valor nutricional, la composición y en general la idoneidad de los alimentos que consume. Esta semana, el Ministerio de Sanidad ha anunciado la aplicación en España del sistema Nutriscore, un etiquetado frontal de los alimentos que ya funciona en Francia (con buenos resultados, avalados por las sociedades científicas, las asociaciones de consumidores y la OMS), a fin de dar respuesta oficial a un fenómeno que implica a consumidores, industria alimentaria y autoridades sanitarias. Este semáforo nutricional (con información visual por colores, en escala de rojo a verde) se plantea como la respuesta más viable y contundente –aunque mejorable– a una inquietud creciente entre los consumidores.

La búsqueda de información útil, sencilla y fiable es la principal explicación a un fenómeno cada vez más extendido: el uso de aplicaciones móviles que escanean el código de barras y ofrecen al consumidor, ávido de conocimiento, cierta información útil y práctica que le ayuda en sus decisiones de compra en el supermercado. Sobre todo al público joven, que es el usuario mayoritario de este tipo de aplicaciones. 

Los grandes operadores del sector han detectado esta oportunidad, y ya han anunciado el lanzamiento de un sistema de etiquetado propio a modo de semáforo nutricional, en este caso ideado por 5 gigantes de la industria alimentaria como son Nestlé, PepsiCo, Coca-Cola, Unilever y Mondelez. Por su parte el supermercado Eroski usa su propio etiquetado frontal desde hace 11 años. Pero las descargas de las aplicaciones como Yuka, My Real Food, El Coco, My Health Watcher… no hacen más que aumentar, y los usuarios usan varias a la vez para obtener una información completa y contrastada.

El problema de este tipo de herramientas es que la información debería tener siempre una base científica; y precisamente porque no siempre es así, han sido recientemente motivo de estudio de la OCU, que alerta de sus inexactitudes y errores, para hacer un llamamiento a la precaución a la hora de interpretar la información que ofrecen. Por ello, la OCU insiste en el sistema Nutriscore como la pauta más recomendable a la hora de considerar la información sobre cómo de saludables son los alimentos que comemos. Defiende que debería ser obligatorio para toda la Unión Europea, a fin de unificar criterios a la hora de ofrecer la mejor información posible al consumidor.

No en vano, la alimentación inadecuada se asocia con más muertes que cualquier otro factor de riesgo, algo que amenaza a nuestras futuras generaciones, ya que la obesidad tanto en la infancia como en la adolescencia se ha triplicado entre 1990 y 2016, según un informe reciente de la ONU que alerta sobre los ultraprocesados y el sedentarismo.  

Sobre este último también alerta la OMS esta semana: los niños y adolescentes del mundo no cumplen con el tiempo de actividad física recomendada (60 mimutos), según el estudio de la OMS 'The Lancet Child & Adolescent Health'. Este es el mayor estudio hasta hoy sobre el tema, con datos de 1,6 millones de personas. 

En España, el informe 'Millennials y Salud', investigación realizada por Fundación MAPFRE mediante 1.600 encuestas a jóvenes entre 20 y 35 años, arrojó algunos datos nada desdeñables en relación a varias de las cuestiones planteadas:

  • El 38% de los jóvenes admite abusar de los platos precocinados/congelados.
  • El 64% se preocupa por la composición y la seguridad de los alimentos.
  • Un 35% utiliza aplicaciones en el móvil para controlar la calidad de su dieta.

Con estas tendencias en alimentación, el sector necesita dar una respuesta unificada y oficial a la demanda del consumidor y contribuir a esclarecer una preocupación que determina la cesta de la compra de los hogares, y con ello la salud de miles de personas. 

A este tipo de nuevos retos se enfrenta una industria que demanda profesionales muy cualificados, con capacidad de adaptación a los cambios y que puedan tener un perfil multidisciplinar, enfocado a los grandes temas de hoy: la seguridad alimentaria, los sistemas de información al consumidor o la gestión de nuevas tendencias en el sector. 

CESIF lleva 30 años formando con excelencia académica a los profesionales de este sector, con el Máster CESIF en Industria Alimentaria, del que acaba de comenzar la vigésimo cuarta edición en Madrid y Barcelona, y el Máster Online en Seguridad Alimentaria.  

Antonio Limón | Director de Calidad y consultor de la división de Alimentación de CESIF.

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